A través de redes sociales, ciudadanos evidenciaron y criticaron la pinta de cajones, en el espacio público de la Central de Abasto, marcando como si fuera propiedad de un sindicato de transportistas. La acción desató indignación entre la población, que señaló que esta práctica solo es una formalidad, pues diariamente estas organizaciones imponen cobros, restringen el paso y, en algunos casos, recurren a la violencia contra quienes, según ellos, invaden sus rutas.
Los denunciantes señalaron que estos abusos no son nuevos y que las autoridades han sido omisas, permitiendo que los sindicatos ejerzan control absoluto no solo en el Mercado de Abasto, sino también en municipios conurbados como Santa Lucía del Camino y San Sebastián Tutla.
Este conflicto, que se ha mantenido durante varias administraciones, ha derivado en enfrentamientos violentos entre transportistas. Aunque los sindicatos cambian de nombre, las disputas persisten sin que hasta el momento haya una intervención efectiva por parte de las autoridades.