La automotriz Stellantis, fabricante de marcas como Chrysler, Jeep y Dodge, anunció la suspensión temporal de la producción en sus plantas de Toluca, México, y Windsor, Canadá, tras la imposición de aranceles del 25% a vehículos importados por parte del presidente estadounidense Donald Trump. La compañía también despedirá de manera temporal a 900 empleados en cinco instalaciones de Estados Unidos, dedicadas a la fabricación de autopartes que abastecen a las fábricas afectadas.
En Toluca, donde se producen el Jeep Compass y el Jeep Wagoneer S, la pausa se extenderá durante todo abril, mientras que en Windsor, encargada de ensamblar las minivans Chrysler Pacifica y el Dodge Charger Daytona, el cese de operaciones durará dos semanas a partir del próximo lunes. Estas medidas impactan directamente a miles de trabajadores en ambos países y reflejan las primeras consecuencias de los gravámenes, que entraron en vigor a las 04:01 GMT del jueves y también aplicarán impuestos similares a piezas de repuesto de forma gradual.
Antonio Filosa, director de operaciones de Stellantis en Norteamérica, informó a los empleados mediante un correo interno que la empresa evalúa los efectos a mediano y largo plazo de los aranceles. “Las acciones inmediatas incluyen la interrupción temporal de la producción en algunas plantas de ensamblaje en Canadá y México”, detalló. En Estados Unidos, los despidos temporales afectan a dos plantas de estampado en Michigan y una de transmisiones en Indiana, esenciales para la cadena de suministro regional.
La decisión responde a una política comercial impulsada por Trump que busca fomentar la producción dentro de Estados Unidos. Sin embargo, Stellantis, al igual que Ford y General Motors, solicita una reducción de las tarifas a vehículos importados desde México y Canadá, donde opera múltiples plantas. Expertos advierten que estos aranceles podrían incrementar los precios de los automóviles en el mercado estadounidense, afectando a los consumidores y a la competitividad de las automotrices.
Datos de la industria señalan que Stellantis vendió 5.74 millones de vehículos a nivel global en 2024, con Norteamérica como su principal mercado. La suspensión de actividades en Toluca y Windsor se suma a las dificultades que la compañía enfrenta este año, tras reportar una caída del 27% en sus ingresos netos durante el tercer trimestre. Analistas del sector anticipan que las tensiones comerciales podrían extenderse, con posibles repercusiones en las cadenas de suministro y en el empleo en la región.
El sindicato United Auto Workers (UAW) expresó su preocupación por la medida. Su presidente, Shawn Fain, señaló que los despidos representan una decisión que afecta la vida de los trabajadores, aunque no precisó acciones específicas en respuesta. Stellantis, por su parte, indicó que continuará negociaciones con la administración estadounidense para mitigar el impacto de las políticas arancelarias en sus operaciones.
La industria automotriz permanece atenta a los próximos pasos de esta disputa comercial, que podría redefinir la producción y el comercio de vehículos en Norteamérica.