La noche del viernes 11 de abril, el cantante mexicano Luis R. Conriquez enfrentó una reacción adversa del público durante su presentación en el Palenque de Texcoco, en el marco de la Feria Internacional del Caballo. Horas antes del evento, el intérprete anunció que no incluiría narcocorridos ni canciones que hicieran apología del delito en su repertorio, una decisión que desató la indignación de los asistentes. El concierto terminó abruptamente tras abucheos y el lanzamiento de objetos hacia el escenario, lo que obligó al artista a abandonar el recinto.
Esta postura de Conriquez responde a las recientes regulaciones en algunos estados de México que buscan prohibir la difusión de música con contenido violento, como los narcocorridos y corridos tumbados. A través de sus redes sociales, el cantante expresó su compromiso con estas normativas y lamentó la reacción del público, asegurando que su intención no era imponer reglas, sino adaptarse a un nuevo contexto. “La gente que nos quiere nos va a ver hasta con bachatas”, escribió en Facebook, buscando calmar los ánimos y reiterando su afecto por sus seguidores.
Por su parte, Freddy Pérez, mánager del artista, confirmó que los hechos derivaron en la destrucción de instrumentos y equipos de audio, aunque destacó que las pérdidas fueron únicamente materiales. En Instagram, Pérez subrayó que Conriquez se apegó al reglamento gubernamental que restringe este tipo de canciones en eventos públicos. La controversia en Texcoco se suma al debate nacional sobre la regulación de los narcocorridos, impulsado por casos como el de Los Alegres del Barranco, quienes proyectaron imágenes de un líder criminal en un concierto reciente, avivando las críticas hacia este género musical.