Una caravana de mil 500 migrantes partió de la frontera sur de México a pesar de las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien aseguró la semana pasada que estos grupos ya no llegan al límite norte del país.
Este contingente de indocumentados, en su mayoría de Venezuela, caminó 26 kilómetros y unas 10 horas continuas desde Tapachula, la mayor urbe de la frontera con Centroamérica, hasta Huehuetán, donde se dividió en dos grupos.
El contingente mayoritario avanzó rumbo al municipio de Huixtla, mientras que el segundo se quedó a descansar en el parque de Huehuetán.
En el éxodo también hay colombianos, haitianos, cubanos y centroamericanos, y de regiones más distantes como Medio Oriente.
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El venezolano Joswes Linares narró a EFE que han salido en caravana por inseguridad, secuestros y extorsiones, por lo que prefieren caminar en grupos por mayor seguridad.
El sudamericano señaló que aceleran el paso ante la próxima presidencia de Trump, quien la semana pasada denunció que una caravana migrante se aproximaba a Estados Unidos.
“Nosotros tememos que cierre la frontera porque la cita (de asilo a Estados Unidos) se demora de seis a siete meses, muchas personas tienen suerte, sería peor para nosotros (esperar), vamos a recorrer unos mil kilómetros”, indicó.
(WCLS)