El nuevo dirigente de Hezbolá, Naim Qasem, declaró este miércoles que el grupo islamista libanés tiene la capacidad de seguir combatiendo contra el ejército israelí pese a los golpes recibidos, pero que aceptaría un cese al fuego “bajo ciertas condiciones”.
En su primer discurso desde su nombramiento, Qasem prometió mantener el “plan de guerra” de su predecesor, y aseguró que Hezbolá ha “comenzado a recuperarse” tras los “dolorosos golpes” de Israel.
No obstante, sostuvo que aceptaría un cese al fuego con Israel, bajo ciertas condiciones, aunque aclaró que no hay sobre la mesa ningún acuerdo viable.
Israel exige la retirada de Hezbolá del sur de Líbano, el despliegue del ejército libanés a lo largo de la frontera israelí y un mecanismo internacional para hacer cumplir la tregua, según medios de comunicación.
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Bombardeos israelíes no cesan
Israel bombardeó este miércoles algunos bastiones del grupo chiita en Líbano, incluyendo la ciudad de Baalbek, en el este, provocando una fuga masiva de habitantes.
Un ataque cerca de Nabatieh, en el sur, mató al número dos de la fuerza de élite de Hezbolá, Mustafa Ahmad Shahadi, indicó el ejército israelí.
Esta muerte se sumaría a la larga lista de altos cargos del movimiento asesinados por Israel, incluyendo su exlíder, Hasán Nasralá, fallecido el 27 de septiembre.
Hezbolá prometió combatir hasta el final contra la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, junto a su aliado Hamás.
Al menos mil 754 personas han muerto desde el 23 de septiembre en Líbano, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales.
(WCLS)