Protestaron esta mañana para expresar su rechazo a la instalación de un centro de transferencia de residuos sólidos en la zona. Portando pancartas con mensajes como «No al basurero» y «Peligro sanitario», los habitantes enfatizaron los riesgos ambientales y de salud pública que podría representar este proyecto. Señalaron que por años han enfrentado problemas de abandono en servicios básicos, como la contaminación de los ríos Salado y Atoyac por aguas residuales, y consideran inaceptable que ahora se planee ubicar un basurero en una zona ya afectada.
Victoriano Gómez, vecino de la tercera sección, denunció que el Sindicato de la Confederación Joven ha intensificado las amenazas e intimidaciones hacia los miembros de la comunidad que se oponen al proyecto. Según Gómez, los vecinos y líderes que inicialmente se mostraron dispuestos a participar en la protesta se han visto presionados por estos actos, lo que ha generado que muchos se aparten por miedo a represalias. Asegura que las amenazas incluyen agresiones verbales y físicas, creando un clima de miedo que ha disuadido a otros de unirse al movimiento.
Además, Gómez expresó su frustración ante la falta de acciones por parte de las autoridades, señalando que la agresión sufrida por los opositores del proyecto a manos de miembros de este sindicato no ha sido investigada y no se han realizado detenciones. Los vecinos temen que la situación escale y que las intimidaciones sigan afectando su derecho a manifestarse pacíficamente.
Durante la manifestación, denunciaron la falta de consulta previa y pidieron a las autoridades municipales y estatales reconsiderar la propuesta y buscar alternativas que no pongan en riesgo la salud y calidad de vida de la comunidad.