La posible imposición de aranceles por parte de Estados Unidos podría tener repercusiones graves para la industria de fibra óptica en México, afectando tanto a grandes compañías como a los empleos directos que dependen de este sector. En 2022, Panduit aprovechó el auge del nearshoring al instalar una planta en Apodaca, Nuevo León, dedicada a la fabricación personalizada de cables y fibra óptica para exportación a EE. UU. Sin embargo, la reciente amenaza de aranceles pone en riesgo no solo los empleos generados por la empresa en esa planta, sino también el crecimiento futuro de la industria en el país. A pesar de que Panduit no ha emitido comentarios sobre el tema, expertos ya advierten sobre las posibles consecuencias.
Otra compañía afectada sería Furukawa Electric México, cuyo 80% de su producción de fibra óptica se destina al mercado estadounidense. La empresa había planeado expandir su capacidad, pero los aranceles podrían frenar esos planes y reducir la competitividad de sus productos en el exterior. Este tipo de incertidumbre afecta el clima de inversión en México, donde la industria ha estado buscando fortalecerse mediante el nearshoring, pero ahora se enfrenta a un panorama complicado.
Expertos en telecomunicaciones, como Jorge Moreno Loza, abogado especializado en el sector, advierten que las empresas podrían reaccionar de manera cautelosa ante esta incertidumbre, lo que podría traducirse en una disminución de la producción y recortes de empleos. En 2023, México exportó cables de fibra óptica y alambres eléctricos a Estados Unidos por un valor de 16,000 millones de dólares, lo que representó el 96.5% de las exportaciones en este rubro. Un gravamen arancelario afectaría gravemente no solo a las empresas, sino también a los trabajadores que dependen de este sector.
Salomón Padilla, experto en telecomunicaciones, subraya que, aunque las empresas podrían buscar reubicar sus operaciones en otros países, la reestructuración no es sencilla, y lo más probable es que se reduzca la producción en lugar de mudarse. Esto podría generar una pérdida de empleos y perjudicar los esfuerzos de México para consolidarse como un centro de manufactura clave en el sector tecnológico.