Elon Musk, junto a un consorcio de inversores, ha presentado una oferta de 97.400 millones de dólares para adquirir OpenAI, la organización detrás de ChatGPT. Musk, cofundador de OpenAI, busca que la entidad retome su enfoque original como una fuerza abierta y centrada en la seguridad. Sin embargo, Sam Altman, CEO de OpenAI, rechazó la propuesta y, en tono jocoso, sugirió comprar la red social X (anteriormente Twitter) por 9.740 millones de dólares.
La relación entre Musk y OpenAI se ha tensado desde que la organización, inicialmente sin fines de lucro, adoptó un modelo con fines de lucro. Musk se retiró en 2018 y fundó su propia empresa de inteligencia artificial, xAI, en 2023. Ha criticado a OpenAI por desviarse de sus ideales fundacionales en favor de beneficios económicos. Altman ha expresado escepticismo sobre las intenciones de Musk, sugiriendo que su objetivo podría ser ralentizar el progreso de OpenAI.
Este enfrentamiento destaca debates éticos sobre el control y desarrollo de la inteligencia artificial. Mientras Musk aboga por una IA abierta y centrada en la seguridad, Altman defiende la dirección actual de OpenAI y su compromiso con el avance de la tecnología. La situación plantea interrogantes sobre el equilibrio entre innovación, control y beneficio público en el ámbito de la inteligencia artificial.