Entre 2017 y 2024, más de 138 mil oaxaqueños fueron repatriados de Estados Unidos, reflejando el endurecimiento de las políticas migratorias en ese país durante las administraciones de Donald Trump y Joe Biden. De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM), ambos gobiernos ejecutaron cifras récord de deportaciones, afectando gravemente a las familias y comunidades del estado.
Durante el primer mandato de Trump, 68 mil 504 oaxaqueños fueron deportados, un promedio de 47 personas al día. Sin embargo, la administración de Biden, a pesar de sus promesas de enfoque más humanitario, repatrió a 69 mil 688 oaxaqueños, marcando un incremento del 1.7%. El 2022 fue particularmente alarmante con 22 mil 928 deportaciones en solo un año, una media de cinco personas cada dos horas.
En su regreso a la presidencia, Trump ha anunciado políticas aún más estrictas, como la ampliación de 5 a 14 años del tiempo de residencia necesario para obtener la ciudadanía. Estas medidas han generado preocupación entre las comunidades migrantes oaxaqueñas, muchas de las cuales residen en California, Nueva Jersey y Florida.
La cifra de deportaciones acumuladas en los últimos ocho años equivale a la población de ciudades como Santo Domingo Tehuantepec o San Juan Bautista Tuxtepec, lo que ilustra el impacto social y económico en Oaxaca. Mientras tanto, la separación de familias y el retorno forzado de miles de personas continúan siendo una realidad que exige atención urgente.
Esta situación plantea un panorama complejo tanto para las familias afectadas como para las autoridades estatales y organizaciones sociales, que trabajan para atender las necesidades de quienes regresan a Oaxaca, muchas veces tras años de vida en el extranjero.