En su regreso a la presidencia, Donald Trump firmó órdenes ejecutivas para endurecer las políticas migratorias en la frontera sur de Estados Unidos. El mandatario instruyó a los departamentos de Seguridad Nacional, Justicia y Estado a implementar acciones inmediatas para «repeler, repatriar y expulsar» a los migrantes ilegales que ingresen al país.
El documento firmado por Trump destaca que estas medidas están respaldadas por la Ley de Inmigración y Nacionalidad, así como por su autoridad constitucional bajo el artículo II. Según el presidente, estas acciones buscan proteger a los estados fronterizos, como Texas, que enfrentan altos costos económicos y sociales debido al ingreso masivo de migrantes durante la administración anterior.
Trump afirmó que la migración irregular «perjudica a los trabajadores estadounidenses y representa una carga económica significativa para los contribuyentes». Además, señaló que su gobierno atenderá las solicitudes de los estados fronterizos que han demandado mayor apoyo para enfrentar esta crisis.
Desde 2018, Trump ha sostenido que la migración ilegal es una amenaza para la estabilidad económica y social de Estados Unidos. En este segundo mandato, reafirma su compromiso de adoptar medidas estrictas para combatir esta problemática.