Nicolás Maduro asumió el 10 de enero de 2025 un nuevo mandato presidencial en Venezuela, en medio de acusaciones de fraude electoral y creciente presión internacional. La oposición, encabezada por Edmundo González Urrutia, sostiene que las elecciones del 28 de julio fueron manipuladas y que González es el legítimo ganador. A pesar de estas denuncias, Maduro fue investido para el período 2025-2031 ante una Asamblea Nacional dominada por el oficialismo.
La líder opositora María Corina Machado, quien ha sido una figura central en la denuncia de irregularidades, fue detenida brevemente tras participar en una manifestación en Caracas. Machado ha acusado al Consejo Nacional Electoral de proclamar fraudulentamente a Maduro como presidente y ha presentado actas que, según ella, demuestran la victoria de González Urrutia.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha reiterado el principio de no intervención en asuntos internos de otros países, enfatizando el respeto a la autodeterminación de los pueblos. Sheinbaum afirmó: «nosotros tenemos por la Constitución una definición muy clara de nuestra política exterior, que es el respeto a la libre determinación de los pueblos». Asimismo, confirmó que el embajador mexicano en Caracas asistirá a la investidura de Maduro en representación de su gobierno.
La comunidad internacional se encuentra dividida ante la situación en Venezuela. Países como Estados Unidos y la Unión Europea han expresado su rechazo a la reelección de Maduro, imponiendo sanciones a funcionarios venezolanos y reconociendo a González Urrutia como presidente legítimo. Por otro lado, naciones como Rusia, China e Irán continúan respaldando a Maduro. En América Latina, países como Brasil, México y Colombia han optado por una postura más neutral, instando a una verificación independiente de los resultados electorales.
La situación en Venezuela ha generado tensiones diplomáticas y ha puesto a prueba las relaciones internacionales en la región. Mientras la oposición anuncia una nueva fase de resistencia democrática y lucha por el respeto a la Constitución, el gobierno de Maduro enfrenta crecientes desafíos tanto internos como externos.