El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue firme en su objetivo de enfrentar el tráfico de fentanilo y otras drogas en su país. En una reciente declaración, el mandatario destacó que los cárteles mexicanos representan una grave amenaza a la seguridad nacional. A través de una orden ejecutiva firmada el 20 de enero de 2025, Trump señaló que las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico han desestabilizado a países clave y han inundado a Estados Unidos con drogas mortales. Esta iniciativa aún debe ser aprobada por el Senado estadounidense.
Según fuentes cercanas a la administración, los cárteles que estarían siendo considerados para la designación de «terroristas» incluyen al Cártel de Sinaloa (CDS) y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los dos grupos más poderosos y peligrosos de México, así como otros como La Familia Michoacana y Cárteles Unidos. De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA), ambos cárteles han tenido un impacto devastador en la crisis de drogas de Estados Unidos, controlando gran parte del flujo de sustancias ilícitas, incluidas metanfetaminas y fentanilo. La presencia de estos grupos no solo se limita a la frontera, sino que han establecido redes de distribución en ciudades clave como Los Ángeles, Chicago y Atlanta.
Los estados más afectados por esta presencia incluyen Texas, California, Illinois y Florida, con una creciente expansión en otras zonas como Carolina del Norte, Nueva York y Georgia. Aunque el Cártel de Sinaloa y el CJNG dominan en términos de influencia y volumen de operaciones, otros grupos, como La Familia Michoacana, también siguen siendo activos en diferentes regiones. Esta designación de organizaciones terroristas tiene el objetivo de intensificar los esfuerzos de combate contra el narcotráfico y garantizar una respuesta más fuerte frente a la violencia generada por estos grupos criminales.