NEREIDA GONZÁLEZ
Cutberto Ruiz, meteorólogo de Protección Civil, señaló que la ola de calor que azota la entidad
oaxaqueña ha superado registros históricos de la dependencia, al señalar que ha sido prolongada.
Este fenómeno no es aislado, ya que estudios recientes han documentado aumentos significativos
en la frecuencia, intensidad y duración de las olas de calor debido al cambio climático. Por
ejemplo, un estudio de Lyon et al. (2019) proyecta un aumento considerable en la extensión
espacial y otros atributos de las olas de calor en los Estados Unidos para mediados de siglo, lo que
sugiere que fenómenos similares podrían estar ocurriendo en otras regiones del mundo,
incluyendo Oaxaca.
Explicó que en el mes de julio pudiera registrarse una cuarta ola de calor, hecho que rompería los
datos que mantienen los meteorólogos. Este tipo de eventos extremos se han vuelto más comunes
y severos, como se observó en la ola de calor de 2003 en Europa, que resultó en más de 35,000
muertes, y la ola de calor de 2010 en Rusia, que causó más de 11 mil muertes debido a la
combinación de altas temperaturas y contaminación del aire.
No obstante, dio esperanzas de lluvias, al referir que ya se están formando eventos y que pudieron
concretarse en ciclones en próximas semanas. Este tipo de variabilidad climática es crucial para
mitigar los efectos de las olas de calor, ya que las lluvias pueden ayudar a reducir las temperaturas
y proporcionar alivio a las poblaciones afectadas. Según Jáuregui (2009), la interacción entre las
olas de calor y otros fenómenos meteorológicos, como las lluvias y los ciclones, puede tener un
impacto significativo en la salud pública y la infraestructura urbana.
El experto abundó también que el domingo, día de la jornada electoral, pudieran presentarse
lluvias, por lo que pidió a la ciudadanía salir a votar temprano. Este tipo de recomendaciones son
esenciales para garantizar la seguridad de la población durante eventos climáticos extremos. La
implementación de sistemas de alerta temprana y la concienciación pública son medidas clave
para reducir la vulnerabilidad y los riesgos asociados con las olas de calor y otros fenómenos
meteorológicos extremos