El municipio de Oaxaca de Juárez, encabezado por Francisco Martínez Neri, ha otorgado nuevamente permisos para la instalación de cientos de puestos y juegos mecánicos en el marco de la verbena popular por los festejos Guadalupanos.
Las actividades se desarrollan en las inmediaciones del emblemático Paseo Juárez El Llano, pese a los daños recurrentes que estas actividades generan en el lugar.
Entre las afectaciones más graves destacan los daños al piso de cantera, que sufre debido a la colocación de pesadas estructuras metálicas, así como a las jardineras del parque, que vecinos y activistas han señalado en múltiples ocasiones que los vendedores ambulantes arrojan residuos de aceite quemado en las áreas verdes, lo que no solo las hace infértiles, sino que también perjudica la estética y funcionalidad del espacio.
A estas problemáticas se suman los daños a las instalaciones eléctricas del parque, ya que algunos comerciantes se conectan de manera ilegal para obtener energía, agravando el deterioro de la infraestructura, esta situación no es revisada ni atendida por las autoridades municipales antes de otorgar los permisos, lo que genera un entorno de permisividad que pone en riesgo la conservación del lugar.
Además, el evento genera un intenso tráfico vehicular que complica aún más la ya deteriorada vialidad diaria de la ciudad. Los asistentes se estacionan en doble fila y los comerciantes colocan vehículos de gran tamaño en zonas no permitidas, lo que agrava el caos y la molestia para los habitantes y transeúntes de la zona.
Asimismo, se ha reportado el consumo de bebidas alcohólicas dentro del lugar, una práctica que ocurre a la vista de las autoridades municipales, quienes han hecho caso omiso de esta problemática pese a su impacto en la convivencia social y el respeto al entorno público.
Cabe recordar que este parque fue remodelado recientemente por el gobierno del estado, convirtiéndolo en un espacio clave para el esparcimiento de los capitalinos. Sin embargo, las denuncias sobre la falta de regulación y los perjuicios al patrimonio urbano parecen no tener impacto en las decisiones municipales.
