Es urgente que los inspectores municipales reciban una capacitación efectiva y profunda sobre los protocolos a seguir con los vendedores ambulantes, quienes, aunque representan una competencia desleal para los artesanos oaxaqueños y ocupan espacios públicos, también tienen derechos que deben ser respetados.
Recientemente, un video en redes sociales evidenció cómo un grupo de inspectores y vendedores arrebataron la mercancía a una mujer vendedora ambulante, quien aseguraba que en la bolsa confiscada llevaba dinero producto de sus ventas. Este incidente refleja una problemática que va más allá de la simple regulación del comercio informal: la falta de preparación en los protocolos que deben seguirse para actuar con justicia, imparcialidad y respeto.
Los vendedores ambulantes, en su mayoría personas que buscan el sustento diario, merecen un trato digno, sin ser víctimas de abusos de poder. Las autoridades municipales deben entender que, aunque existen leyes y normas sobre el uso de los espacios públicos, esto no justifica el trato arbitrario ni la violación de derechos humanos de estos trabajadores.
Para evitar que situaciones como esta se repitan, es crucial que los inspectores reciban formación sobre los derechos de los vendedores ambulantes, así como los procedimientos correctos para actuar de acuerdo con la ley, sin recurrir a medidas punitivas excesivas o abusivas.
La capacitación debe incluir estrategias de mediación, respeto mutuo y la búsqueda de soluciones que no afecten de manera desproporcionada a los más vulnerables. Solo a través de un enfoque humanizado y profesional se podrá garantizar el respeto a los derechos de todos los involucrados, incluidos los artesanos oaxaqueños y los vendedores ambulantes.