Nere González
El regreso de la Feria Internacional del Libro Oaxaca en su edición 44 al Zócalo capitalino fue celebrada por quienes participaron, al destacar que pese a la reducción de espacios existió mayor interacción con lectores e interesados en materiales didácticos que se exhibieron en los stands.
El profesor Manuel Luna quien expende juguetes didácticos desde el año 2000 expuso que la FILO en el Zócalo cambió el panorama, toda vez que fue una zona accesible para los interesados, a comparación de las ediciones anteriores que los colocaron en el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca en el municipio de Santa Lucía del Camino.
Agregó que el espacio en la FILO más que oportunidad de ventas representó un sitio de difusión donde se dieron a conocer las librerías o jugueterías como la que el promociona, por lo que apuntó que cada año acuden bajo este propósito.
El maestro consideró que si el tema se centrara en ventas, no fue redituable ya que el sector que adquirió algún producto de interés fue escaso, por lo que insistió que se trató de promoción por la cantidad de personas que acudió.
En este contexto, destacó que fue acertada la decisión de regresar al Zócalo, sin embargo, detectó diversos inconvenientes como la reducción de espacios, obras y otros eventos que interfirieron durante los días que permaneció la FILO en el corazón de la ciudad.
“A veces habían protestas, luego pues la cuestión del espacio, no tuvimos como expositores suficiente área para mostrar nuestros productos, como en mi caso que son juguetes lúdicos”, dijo.
Manuel Luna es profesor de primaria y ha destacado por crear métodos de enseñanza a través de los juegos, al referir que hoy en día es difícil hacer competencia a las nuevas tecnologías, sin embargo, felicitó en quienes aún buscan alternativas sanas para los pequeños.