La reciente autorización de permisos a decenas de comerciantes ambulantes para instalarse en la verbena en honor a la Patrona de los Oaxaqueños ha generado preocupación entre los habitantes y visitantes. El edil Francisco Martínez Neri, al permitir esta concentración de vendedores en los alrededores de la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, pone en riesgo latente la seguridad de los fieles católicos que acuden a este sitio de importancia religiosa.
La falta de un adecuado control y regulación en la zona ha dado pie a que los comerciantes se conecten de manera desordenada a la red eléctrica, lo que aumenta la posibilidad de accidentes y situaciones peligrosas.
Además, la masiva presencia de vendedores en el área puede desviar la atención de los visitantes, restando protagonismo al carácter sacro del lugar y a la experiencia espiritual que debería ofrecerse.