Dedicado a las tallas de madera por casi seis décadas, desde 1966, el maestro Angélico Jiménez Hernández falleció este lunes, dejando una huella imborrable en el arte popular del estado de Oaxaca. Sus icónicas creaciones, que incluían animales fantásticos y representaciones de nahuales, llevaron las tradiciones de su natal San Antonio Arrazola, municipio de Santa Cruz Xoxocotlán, a escenarios nacionales e internacionales.
Hijo de Manuel Jiménez Ramírez, considerado el creador de los alebrijes tallados en madera, y de Viviana Hernández Aguilar, Angélico siguió los pasos de su familia, desarrollando un estilo único que lo consagró como un referente de la cultura oaxaqueña.
Nacido el 1 de junio de 1954, Angélico Jiménez compartió su arte en países como Estados Unidos, China, Italia, Japón y España, difundiendo el patrimonio cultural de Oaxaca a nivel global. En 2023, su obra tuvo un reconocimiento especial al representar al estado en Japón, siendo la imagen principal de la exposición “Arte Folklórico Latinoamericano” en el Museo Nacional de Etnología en Osaka.
El deceso del maestro fue dado a conocer por su familia y confirmado por instituciones culturales como el Museo Estatal de Arte Popular Oaxaca (MEAPO) y Friends of Oaxacan Folk Art, que lamentaron profundamente la pérdida de un creador cuyo trabajo enalteció las tradiciones de México.
Con la partida de Angélico Jiménez Hernández, Oaxaca pierde a uno de sus grandes maestros, pero su legado artístico seguirá vivo en cada pieza que refleja la magia y riqueza de la cultura oaxaqueña.