En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebrado el 11 de febrero, es oportuno reconocer las contribuciones de destacadas científicas oaxaqueñas que han dejado una huella significativa en diversos campos del conocimiento. Sus esfuerzos no solo enriquecen la ciencia, sino que también inspiran a nuevas generaciones a seguir sus pasos.
Una de ellas es Eva Ramón Gallegos, originaria de San Juan Bautista, quien desarrolló un tratamiento innovador para eliminar el Virus del Papiloma Humano (VPH). Su método, basado en una terapia fotodinámica, logra erradicar las células precancerosas sin dañar el tejido sano, ofreciendo una esperanza en la prevención del cáncer cervicouterino. Actualmente, se desempeña como profesora e investigadora en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.
Asimismo, Mónica Ortiz Álvarez, primera astronauta análoga de origen oaxaqueño, ha contribuido al avance de la exploración espacial. Como educadora en el Space Center Houston de la NASA y embajadora de la Estación Espacial Internacional, lideró la misión PRINCIPIA en España, que simula las condiciones de Marte para recopilar datos relevantes para futuras misiones espaciales. Su labor ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional.
En el ámbito de la biología marina, Itzahí Silva Morales, egresada de la Universidad del Mar, ha realizado investigaciones sobre gusanos marinos, descubriendo nuevas especies y analizando sus posibles aplicaciones medicinales, especialmente en el tratamiento de la hipertensión. Su trabajo en el Colegio de la Frontera Sur la posiciona como una de las principales especialistas en sipúnculos en México.
Por otro lado, Edith Bernabé Pérez ha enfocado sus estudios en la genética y la clonación, buscando desarrollar un antibiótico eficaz contra la tuberculosis. A través de la identificación de proteínas con propiedades antimicrobianas, su investigación ofrece alternativas prometedoras para combatir esta enfermedad que aún afecta a numerosas personas en el país.
Finalmente, Irene Chaparro, originaria de Salina Cruz, ha investigado las propiedades medicinales del helecho arborescente Cyathea bicrenata. Su estudio sugiere que esta planta podría ser útil en la prevención de infecciones en heridas superficiales y en el tratamiento de enfermedades renales y cáncer, gracias a sus propiedades antibacterianas y de control de glucosa.