Nere González
La Rotonda de las Azucenas vistió de gala y vibró al compás de la música de viento durante la edición del primer Lunes del Cerro. Los pueblos originarios y el afromexicano en un solo escenario mostraron su danza y cultura a más de 12 mil asistentes, quienes aplaudieron la picardía de Ejutla de Crespo y sintieron la gallardía del torito serrano de San Pablo Macuiltianguis.
Los sombreros de palma ondeados desde el Palco D hasta el A, fueron muestra del respeto a los rituales, el misticismo y la fineza en los pases al aire, que a su vez resaltaban los entretejidos de los atuendos de galas hechos por las y los artesanos de las ocho regiones.
La edición número 92 del homenaje racial inició con el himno oaxaqueño: Dios Nunca Muere del compositor Macedonio Alcalá, interpretado por Patricia Alcaraz, después paso para la entrada de la Diosa Centéotl, Juana Hernández López, quien resaltó la grandeza del pueblo Ñuu Savi.
Las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, Asunción Ixtaltepec, Santiago Llano Grande, Loma Bonita, San Pablo Macuiltianguis, Santa Lucía del Camino, Villa Hidalgo Yalalag, Ejutla de Crespo, Villa de Zaachila, Santo Domingo Tehuantepec, San Juan Bautista Tuxtepec, Putla Villa de Guerrero, San Pedro Pochutla, Huajuapan de León y Santiago Pinotepa Nacional, fueron las 15 delegaciones que enchinaron la piel de turistas locales, nacionales e internacionales.
Con el sentimiento profundo de los acordes, el sonido de los instrumentos de viento, los huipiles y listones multicolores que vestían la Rotonda de las Azucenas cerró la primera edición del Lunes del Cerro.