La empresaria Ester Merino Badiola desconfía de las cifras oficiales de 850 ambulantes que otorga la autoridad municipal; y es que, advierte, la realidad es contundente
NEREIDA GONZÁLEZ
El ambulantaje en Oaxaca se ha convertido en una oportunidad de negocio para grupos arropados por sindicatos, generando inseguridad en la ciudad. Ester Merino Badiola, representante de la Alianza Empresarial y Comercial de Oaxaca A. C. (AECO), señaló que, a pesar de la reorganización de algunas zonas, los vendedores ambulantes se han dispersado en otras áreas del Centro Histórico, incrementando su presencia como ocurre en cada trienio municipal.
Los datos proporcionados por el Municipio de Oaxaca de Juárez, que indican una reducción en el número de ambulantes, no coinciden con la realidad observada diariamente en las calles de la ciudad. «Ahorita en cada esquina vemos hasta ocho ambulantes vendiendo diversos productos, desde marquesitas y hamburguesas hasta hotdogs y elotes», afirmó Merino Badiola. La empresaria destacó que el ambulantaje no es un tema de desempleo, sino una cadena de negocios en la que los dueños de los carritos contratan a 10 o 15 trabajadores para vender en el zócalo.
Además, gran parte del ambulantaje está bajo el cobijo de sindicatos que incluso han retado a las autoridades municipales, evidenciando la relación entre el comercio informal y la
inseguridad. Merino Badiola enfatizó que no se trata de un problema de falta de empleo, sino de personas que han hecho del ambulantaje un negocio lucrativo, evadiendo a las autoridades y a Hacienda al contratar a una decena de trabajadores para distribuir sus productos en la calle. La próxima administración tendrá como tarea pendiente regular y frenar el comercio informal, ya que son grupos quienes se han apoderado de las calles.
El ambulantaje genera inseguridad, como lo demuestran los incidentes en los que inspectores han intentado retirar a comerciantes, resultando incluso en muertes, advirtió.
Los ambulantes, responde Badiola, pertenecen a organizaciones con compromisos de distintos tipos para ocupar los espacios como lo evidencian las calcomanías de los grupos que les brindan protección, y muchos de ellos provienen de otros estados.
Así, el ambulantaje en Oaxaca se ha convertido en un negocio lucrativo para grupos respaldados por sindicatos, generando inseguridad y desafiando a las autoridades. Es imperativo que la próxima administración aborde este problema y regule el comercio informal para garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudad.