Carolina Espina
Reunidos en el Museo de los Pintores de Oaxaca (MUPO), gestores de sitios de patrimonio de 10 países de América Latina, realizaron el taller “Patrimonio Mundial y Turismo Sustentable”, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A tan solo unos meses de haber tomado la dirección de esta organización en México, Andrés Morales Arciniegas, dijo que la presencia del taller en Oaxaca, obedece a los objetivos que rigen esta organización. “Buscamos fortalecer los lazos entre la UNESCO y Oaxaca, porque este estado es un símbolo de cultura, de patrimonio, de diversidad y esos son los temas que nosotros desde la Unesco promovemos”.
Dijo que como la cultura y el patrimonio cultural con todas sus diversidades se vuelven un motor de desarrollo, de inclusión y de participación, la reunión se desarrolla en el marco de un proyecto que realiza la Unesco a nivel de América Latina, para promover un turismo sostenible en los sitios de patrimonio mundial.
Entrevistado en uno de los frescos patios del MUPO, Morales Arciniega mencionó que los gestores presentes en el taller, se reunieron para intercambiar prácticas y promover iniciativas conjuntas, donde se promueva un turismo sostenible que promueva y proteja el patrimonio cultural.
El 11 de diciembre de 1987, el Centro Histórico de Oaxaca y la zona arqueológica de Monte Albán, fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, desde entonces, la entidad ha buscado preservar estos títulos a pesar de las diversas manifestaciones sociales que han deteriorado parte de estas.
Sobre esto, Morales Arciniegas sostuvo que las manifestaciones y plantones que diariamente se hacen presente en el Centro Histórico de Oaxaca y que de alguna manera dañan la infraestructura, son parte de lo que tiene que lidiar “porque la cultura y el patrimonio no pueden ser ajeno a los fenómenos sociales.
“Los desafíos sociales en términos de calidad de vida, de desigualdad, de pobreza, de exclusión, son manifestaciones sobre las cuales la cultura y el patrimonio deben coadyuvar para lograr sociedades más cohesionadas, más incluyentes y más participativas, donde todos quepamos y ahí la comunidad juega un papel muy importante”.
Sobre la gentrificación que últimamente se ha dado en diversas partes del mundo, sostuvo que es una preocupación compartida, ya que es un problema que se da en diversos puntos, “por eso es que hay que establecer iniciativas para contrarrestarlo, para saber cómo poder gestionarlo.
“Uno mira el caso de Oaxaca y es difícil hablar de la riqueza cultural y el patrimonio que tiene sin incluir el turismo, ya que gran parte de quienes vienen a visitarlo es por su cultura, porque tienen sitios declarados patrimonio mundial, entonces es un atractivo, tiene muchas oportunidades, pero también riesgos”.
Sobre la mancha urbana que crece irremediablemente, como la que ya se presenta en la zona arqueológica de Monte Albán, añadió, que es otro de los desafíos en Oaxaca, porque el mundo se urbaniza cada vez más, porque las sociedades están abandonando sus pueblos, sus veredas, su trabajo en el campo y están llegando a los centros urbanos donde hay más posibilidad de una mejor calidad de vida.
Y es que muchas veces ese crecimiento se puede hacer con la planeación requerida y eso puede llegar a tener un impacto en el patrimonio, “por eso insisto en que los fenómenos sociales y la cultura tienen que verse muy de la mano, la migración es una de ellas, como aquellos que se fueron y regresaron, o los que se desplazan a puntos específicos”.
Finalmente, dijo que una de las raíces que se deben conservar en Oaxaca es la lengua. “Un estado con tanta diversidad en pueblos indígenas es uno de los estados de México con más lenguas, muchas de las cuales están desapareciendo porque se han impuesto lenguas hegemónicas como el español, pero debemos hacer el esfuerzo por preservar esas lenguas que hoy muchas están a punto de desaparecer”.