La secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, anunció en la conferencia presidencial matutina la entrega directa de recursos del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS) a las comunidades indígenas, afromexicanas y pluriculturales del país.
Sí, leíste bien. Recursos sin intermediarios, manejados por las propias comunidades, tal como lo mandata la Constitución en su artículo 2, reconociéndolas como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Esto no es solo un cambio administrativo: es un reconocimiento profundo de que los pueblos originarios tienen voz, organización y capacidad para decidir sobre su propio desarrollo. Este año, el presupuesto federal destinó más de 12 mil millones de pesos exclusivamente a estas comunidades, una parte del total de 123,743 millones de pesos del FAIS, que se aplicará también en los ámbitos estatal y municipal.
¿En qué se usarán estos fondos? En lo esencial: agua potable, drenaje, electrificación, salud, educación, vivienda y urbanización. Lo básico, lo que nunca debió faltar. Lo que por siglos se negó sistemáticamente.
Se contempla la participación de 15 mil 217 comunidades y 27 mil 792 localidades, entre indígenas, afromexicanas y pluriculturales. Pero lo más importante es que ellas mismas decidirán cómo y en qué invertir, mediante asambleas comunitarias que se celebrarán del 1 al 30 de abril, donde elegirán dos comités: uno de administración y otro de vigilancia.