Se prevé que este martes, ocho ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) presenten su renuncia de manera individual, una decisión que podría tener un impacto significativo en el sistema judicial mexicano. La fecha límite para que los ministros declinen su candidatura es el 30 de octubre de 2024, lo que añade urgencia a sus posibles acciones.
Aunque los ministros aún no han confirmado oficialmente sus renuncias, se cree que esta decisión podría estar motivada por la intención de asegurar su acceso a un haber de retiro, calculado en función de sus años de servicio en la SCJN. Adicionalmente, se rumorea que, antes de formalizar su salida, los ministros podrían promover la invalidez parcial de la reciente reforma al Poder Judicial, la cual establece la elección de jueces y magistrados a través del voto popular, manteniendo el mismo formato para los ministros y magistrados electorales.
El ministro Luis María Aguilar podría ser uno de los primeros en presentar su renuncia, a pesar de que su periodo culmina el 30 de noviembre de este año. Esta acción se considera una de las pocas vías para que Aguilar acceda a un retiro vitalicio por su tiempo en la Corte, lo que añade otro nivel de complejidad a la situación.En medio de este posible cambio, las ministras alineadas con la Cuarta Transformación (4T), como Lenia Batres, Yasmín Esquivel Mossa y Loretta Ortiz Ahlf, han manifestado su interés en participar en la elección de ministros programada para el primer domingo de 2025. Este aspecto podría generar tensiones adicionales dentro de la Corte y entre sus miembros.
Si bien las renuncias de los ministros aún son especulativas, su concreción podría señalar un momento crucial para la SCJN y el futuro del sistema judicial en México. La potencial influencia de estos cambios en la percepción pública sobre la independencia del Poder Judicial y en la selección de nuevos integrantes de la Corte podría ser significativa, en un contexto político donde las reformas y las elecciones juegan un papel central.