A partir de 2025, los senadores de la República Mexicana verán un incremento en su dieta mensual, la cual pasará de 126 mil 800 pesos a 131 mil 700 pesos netos. Este aumento ha generado controversia, ya que los legisladores prácticamente igualarán el salario de la presidenta Claudia Sheinbaum, con una diferencia de apenas 2 mil 590 pesos. Sin embargo, esta cifra no refleja la totalidad de lo que realmente ganan, pues, además de la dieta, los senadores perciben diversas percepciones adicionales que elevan su salario considerablemente.
Entre las prestaciones que los senadores reciben mensualmente se incluyen compensaciones por actividades legislativas que varían entre los 15 mil y 30 mil pesos. A esto se suman los gastos de representación, que van de los 20 mil a los 30 mil pesos, así como hasta 250 mil pesos mensuales para pagar a asesores, quienes frecuentemente son familiares de los mismos legisladores. También disponen de bonos de productividad y asistencia que oscilan entre los 10 mil y 20 mil pesos, además de vales para gasolina y alimentación que rondan los 30 mil a 50 mil pesos. En cuanto a la atención ciudadana y difusión, los senadores reciben entre 20 mil y 30 mil pesos por cada uno de estos conceptos.
Además de estos ingresos mensuales, los senadores reciben un bono de fin de año y aguinaldo que supera los 380 mil pesos, lo que aumenta significativamente sus percepciones en los últimos meses del año. En conjunto, estas asignaciones elevan el ingreso mensual de un senador mexicano a entre 400 mil y 500 mil pesos, mucho más que la dieta básica de 131 mil 700 pesos.