Un terremoto de magnitud 7.1 golpeó el sudoeste de Japón este jueves, generando una alerta de tsunami que podría alcanzar hasta un metro en las costas de Miyazaki, Kagoshima, Kochi y las islas de Tanegashima y Yakushima. La alerta también incluye una posible elevación de hasta 0.2 metros en el archipiélago de Okinawa y las islas Ogasawara, a unos mil kilómetros al sur de Tokio.
Los operadores de las centrales nucleares en Sendai, Kagoshima, e Ikata están revisando el estado de los reactores, sin reportar anomalías hasta ahora. El terremoto causó daños menores, como la rotura de cristales en el aeropuerto de Miyazaki y la suspensión del servicio mientras se revisa la pista. También se reportaron un deslizamiento de tierra en Shibushi y el derrumbamiento de una vivienda en Osaki, aunque no se han confirmado heridos.
Las líneas de trenes locales en Miyazaki y Kagoshima están suspendidas y se han cortado tramos de autopistas para su revisión. El Gobierno ha establecido un equipo de emergencia en el Kantei, la oficina del primer ministro, para gestionar la situación.
Los expertos están advirtiendo sobre la posibilidad de réplicas en los próximos días. Además, han señalado que el terremoto de hoy podría ser el preludio de un sismo de mayor magnitud en la fosa de Nankai, una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo. Esta región es conocida por su potencial para grandes terremotos, y se predice que un fuerte sismo podría ocurrir en las próximas décadas.
El portavoz gubernamental, Yoshimasa Hayashi, ha instado a la población a seguir las actualizaciones en los medios de comunicación y a mantenerse alerta mientras los equipos de emergencia, incluyendo la policía, bomberos, Fuerzas de Autodefensa y guardacostas, continúan evaluando la situación y preparando respuestas a posibles futuros eventos sísmicos.