Una protesta de jubilados frente al Congreso de Argentina, que exigía mejoras en las pensiones y la continuidad de la moratoria previsional, derivó en una violenta represión por parte de la policía, con un saldo de 124 detenidos y 46 heridos. La manifestación, respaldada por sindicatos, movimientos sociales e hinchas de fútbol, se tornó caótica cuando las fuerzas de seguridad dispersaron a los asistentes con gases lacrimógenos, golpes y camiones hidrantes. La tensión escaló cuando los manifestantes intentaron reorganizarse en las inmediaciones de la Casa Rosada y fueron perseguidos por agentes motorizados.
El Ministerio de Seguridad Nacional informó que las detenciones fueron realizadas tanto por la Policía de Buenos Aires como por fuerzas federales, incluyendo a siete sindicalistas de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). Entre los heridos se reportaron 26 policías y 20 manifestantes hospitalizados, uno de ellos en estado crítico. La represión se intensificó en la avenida Entre Ríos y sus alrededores, donde algunos ciudadanos reaccionaron lanzando piedras, mientras que otros denunciaron un uso excesivo de la fuerza contra adultos mayores. Testigos señalaron que la represión fue una de las más severas desde que Javier Milei asumió la Presidencia en diciembre de 2023.
La manifestación tuvo el apoyo de hinchas de diversos equipos de fútbol, quienes se solidarizaron con los jubilados ante la crisis económica y la inflación que ha reducido el poder adquisitivo de las pensiones. La jornada terminó con la policía retomando el control de la zona, mientras que los manifestantes denunciaron lo que consideran una violación a su derecho a la protesta. Organismos de derechos humanos han exigido explicaciones al gobierno por el uso desmedido de la fuerza, en un contexto de creciente malestar social en Argentina.