A partir del 1 de enero de 2025, comienza la denominada Generación Beta, que incluirá a los nacidos entre 2025 y 2039. Este grupo, descendiente de los millennials y de los mayores de la Generación Z, se perfila para crecer en un entorno donde la tecnología avanzada y la inteligencia artificial estarán profundamente integradas en la vida cotidiana.
Los niños de la Generación Beta serán nativos digitales avanzados, expuestos desde temprana edad a tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, asistentes robóticos y entornos virtuales inmersivos. Esta exposición temprana moldeará su forma de aprender, jugar y trabajar, diferenciándolos de generaciones anteriores.
Además, se anticipa que esta generación tendrá una mayor conciencia sobre la sostenibilidad. Creciendo en un contexto de desafíos ambientales significativos, como el cambio climático, es probable que adopten estilos de vida más ecológicos y responsables desde la infancia.
En el ámbito educativo, se espera una transformación hacia métodos de enseñanza personalizados, adaptados a las habilidades y ritmos de cada estudiante, facilitados por tecnologías avanzadas y análisis de datos. Este enfoque podría optimizar el proceso de aprendizaje, haciéndolo más eficiente y efectivo.
La Generación Beta también crecerá en un mundo más globalizado y diverso, con valores centrados en la igualdad y el respeto por todas las identidades. La diversidad y la inclusión serán pilares fundamentales en su desarrollo social, influenciando sus interacciones y perspectivas desde una edad temprana.
Es importante destacar que, al ser la primera generación en crecer en un mundo profundamente influenciado por la inteligencia artificial, enfrentarán desafíos únicos, como la distinción entre la realidad y contenidos generados artificialmente. Se estima que para 2026, el 90% del contenido en línea podría ser creado por IA, lo que plantea interrogantes sobre la percepción de la realidad y la verdad en su entorno digital.