El Ejército de Israel anunció este viernes 4 de abril de 2025 la ampliación de sus operaciones terrestres en el norte de la Franja de Gaza, con el objetivo de desmantelar la infraestructura de Hamás y garantizar la seguridad de sus ciudadanos. La decisión, ordenada por el Gobierno israelí el 18 de marzo tras acusar al grupo palestino de rechazar propuestas de mediadores, intensifica una ofensiva que incluye incursiones en el barrio de Shujaia, en el este de la ciudad de Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reportaron la eliminación de varios «terroristas» y la destrucción de un complejo de mando y control utilizado por Hamás para planificar ataques, mientras emitieron órdenes de evacuación a civiles en rutas designadas antes de los bombardeos. El ministro de Defensa, Israel Katz, detalló que la operación busca apoderarse de grandes áreas del enclave palestino, lo que implica desplazamientos masivos de población.
La escalada militar responde al fracaso de las negociaciones para una tregua, estancadas desde enero. Israel acusó a Hamás de preparar nuevos ataques y rechazar un plan de Washington que incluía la liberación de rehenes y un alto el fuego, aunque el grupo negó estas afirmaciones y aseguró haber aceptado los términos originales del acuerdo. Las FDI indicaron que las operaciones, reactivadas tras la ruptura del cese al fuego el 18 de marzo, se concentran en destruir lanzaderas, infraestructuras y objetivos estratégicos de Hamás. En las últimas horas, los militares tomaron posiciones en Shujaia, donde intensificaron los bombardeos tras advertir a los residentes que abandonaran la zona, considerada un bastión del grupo palestino.
El operativo generó críticas internacionales por el impacto en civiles. La ONU reportó que más de 1.8 millones de personas, de los 2.3 millones que habitan Gaza, sufrieron desplazamientos forzosos desde el inicio del conflicto en octubre de 2023, y advirtió sobre una crisis humanitaria agravada por los nuevos movimientos de población. Fuentes de la agencia La Jornada informaron que un bombardeo reciente en una clínica de la UNRWA en Jabaliya dejó al menos 22 muertos, mientras el gobierno gazatí, controlado por Hamás, denunció un «genocidio» y señaló que 228 refugios fueron atacados desde el comienzo de la guerra. Israel, por su parte, afirmó que permite la evacuación de civiles y justificó los ataques como necesarios para neutralizar amenazas.
El conflicto, que dejó más de 50 mil muertos en Gaza según autoridades locales y mil 200 en Israel tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, mantiene en vilo a la región. Netanyahu insiste en que la presión militar forzará la liberación de los 59 rehenes aún cautivos, aunque el Foro de Familias de Rehenes expresó su «horror» ante la estrategia de priorizar territorio sobre vidas. Mientras tanto, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó la violación de la tregua y exigió a Israel asumir responsabilidades, en un contexto donde el primer ministro enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad, emitida en noviembre de 2024. La ofensiva terrestre en el norte de Gaza marca un nuevo capítulo en una guerra que no muestra señales de resolución.