El Papa Francisco ha redefinido el protocolo para los funerales de los pontífices con la publicación del nuevo Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, aprobado el 29 de abril de 2024. Este documento busca reflejar un enfoque más sencillo y acorde con la fe en Cristo resucitado, eliminando tradiciones que enfatizaban el poder terrenal del papa.
Principales cambios:
- Constatación de la muerte en la capilla privada: En lugar de realizarse en la habitación, como era tradición, el fallecimiento será confirmado en la capilla privada del pontífice, con la deposición inmediata del cuerpo en un único ataúd de madera con interior de zinc.
- Exposición sin catafalco: El cuerpo será expuesto a los fieles directamente en la Basílica de San Pedro, sin el tradicional catafalco, simplificando el rito de despedida.
- Eliminación de los tres féretros: Desaparecen los ataúdes de ciprés, plomo y roble, dejando únicamente uno de madera con interior de zinc.
- Uso de títulos más simples: Durante las ceremonias se emplearán denominaciones como “Papa”, “Obispo de Roma” y “Pastor”, eliminando términos como “Romano Pontífice”.
- Inhumación en otros lugares: Se han incluido instrucciones para el entierro en un lugar distinto a la Basílica de San Pedro, como la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, donde Francisco desea ser sepultado.
- Eliminación de la “Cámara Apostólica”: Aunque se mantiene el papel del camarlengo para gestionar la Sede Vacante, se suprime este órgano colegiado, que históricamente asistía al cardenal en estas tareas.