El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha autorizado la realización de redadas migratorias en lugares previamente considerados «protegidos», como escuelas, iglesias y hospitales. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocó una directriz de la administración anterior que instruía a las autoridades migratorias a evitar acciones en estos sitios.
Según el DHS, esta decisión «empodera» a los agentes de migración para «seguir las leyes» y capturar a «criminales extranjeros». El secretario interino de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, afirmó que la medida permite a los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) aplicar las leyes migratorias sin restricciones en estos lugares.
La directriz revocada, emitida en 2021, prohibía a los agentes realizar arrestos o redadas en ciertos lugares sin aprobación superior, incluyendo centros educativos, de salud y lugares de culto, con el fin de no limitar el acceso a servicios esenciales.
Esta acción se alinea con la promesa de campaña de Trump de llevar a cabo una amplia campaña de deportaciones. La comunidad migrante ha expresado preocupación por el posible impacto de estas medidas en su acceso a servicios básicos y en su vida cotidiana.