El 14 de febrero de 2025, un dron cargado con explosivos impactó en la estructura de protección del reactor de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, denunció que el dispositivo, presuntamente de origen ruso, causó daños significativos en la instalación. Aunque los niveles de radiación permanecen estables, el incidente ha generado alarma a nivel internacional.
Naciones Unidas advirtió que eventos como este aumentan el riesgo de un «accidente nuclear incontrolable». El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó la explosión y el posterior incendio en la planta, pero aseguró que no se ha detectado un incremento en los niveles de radiación.
Por su parte, el Kremlin negó cualquier implicación en el ataque, calificando las acusaciones de provocación por parte de Ucrania. Mientras tanto, las autoridades ucranianas han instado a la comunidad internacional a ejercer mayor presión sobre Rusia para evitar futuros ataques a infraestructuras críticas.
Este incidente se suma a la creciente tensión en la región y pone de manifiesto los peligros asociados a las operaciones militares cerca de instalaciones nucleares. La comunidad internacional sigue de cerca la situación, preocupada por las posibles implicaciones para la seguridad global.