El 29 de diciembre de 2024, un Boeing 737-800 de la aerolínea Jeju Air, que cubría el vuelo 7C2216 desde Bangkok, Tailandia, se estrelló durante el aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Muan, Corea del Sur. El accidente resultó en la muerte de 179 de las 181 personas a bordo; los dos sobrevivientes, ambos miembros de la tripulación, fueron trasladados a hospitales locales.
Según informes preliminares, el avión intentó aterrizar alrededor de las 9:00 a.m. hora local, pero sufrió un fallo en el tren de aterrizaje, posiblemente debido a una colisión con aves durante la aproximación. Como resultado, la aeronave se deslizó por la pista sin el tren de aterrizaje desplegado, se salió de la pista y chocó contra un muro perimetral, lo que provocó un incendio que consumió gran parte del fuselaje.
Las autoridades locales, junto con equipos de emergencia, lograron controlar el incendio en aproximadamente 40 minutos. Se han recuperado las cajas negras del avión, y la investigación para determinar las causas exactas del accidente está en curso. El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, visitó el sitio del siniestro y ha ordenado una investigación exhaustiva, además de declarar un período de luto nacional de siete días.
Jeju Air emitió un comunicado expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y se comprometió a colaborar plenamente con las autoridades en la investigación. La aerolínea destacó que la aeronave siniestrada había estado en operación durante 15 años sin antecedentes de problemas técnicos.
Este accidente representa un duro golpe para la industria de la aviación surcoreana, conocida por su sólido historial de seguridad. Además, añade presión sobre Boeing, que ha enfrentado desafíos recientes relacionados con la seguridad de sus aeronaves.
Las autoridades han instado a los medios y al público a evitar especulaciones hasta que se obtengan resultados concluyentes de la investigación en curso.