En la víspera del Año Nuevo, las tradiciones mexicanas se enriquecen con rituales destinados a atraer prosperidad y buena fortuna. Uno de los más destacados es el «borreguito de la abundancia», un amuleto que ha trascendido generaciones y regiones, consolidándose como un símbolo de esperanza y bienestar.
En Oaxaca, esta tradición se mantiene vigente, con artesanos locales que confeccionan borreguitos de la abundancia en diversas presentaciones, desde figuras decorativas hasta pulseras y otros accesorios. Estos productos no solo representan una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y comunitarios, sino también para apoyar la economía local y preservar una tradición que une a las generaciones pasadas con las presentes.
Aunque su origen exacto es incierto, se cree que el borreguito de la abundancia tiene raíces en tradiciones europeas, específicamente en Andalucía, España, donde se asociaba al amor y la armonía en el hogar. En México, la figura del borrego se vincula al dinero debido a la expresión popular «tener lana», ya que la lana de oveja ha sido históricamente valiosa en la industria textil. Este amuleto suele ser un pequeño borrego confeccionado en diversos materiales, adornado con elementos que refuerzan su simbolismo, como monedas que representan la abundancia económica, corazones y listones rojos que alejan las malas vibras y refuerzan la armonía en el hogar, macetas con plantas de abundancia como la Portulacaria afra, conocida como «planta de la abundancia», y semillas de lentejas, frijoles y arroz, conocidas como «granos de la abundancia».
La tradición establece que estos borreguitos deben ser regalados para que cumplan su propósito, reforzando el acto como un símbolo de generosidad y deseos positivos. Se recomienda colocarlos en la entrada del hogar, negocio u oficina, con la intención de atraer la buena fortuna. Además, es común regalar estos amuletos a seres queridos como muestra de buenos deseos para el año entrante.