Estrenado en mayo de 1970, recién anunciada la disolución de los Beatles, el documental Let It Be, dirigido por Michael Lindsay-Hogg y que recoge los ensayos y grabación del último álbum publicado por la banda, vuelve al circuito comercial internacional 54 años después y podrá verse en Disney+ desde este miércoles.
La recuperación fue posible gracias a Peter Jackson, que dirigió la remasterización tras haber estrenado en 2021 su serie The Beatles: Get Back, tres episodios narrados a partir de casi 60 horas del metraje filmado para el documental de Lindsay-Hogg y que fue descartado.
La película original había quedado en el olvido por expreso deseo de la banda que, hasta la aparición de Jackson, impidió cualquier reestreno o reedición. Ninguno de ellos asistió al estreno en cines en 1970 y tampoco se molestaron en ir a recoger el Oscar a la mejor banda sonora que recibió.
La idea inicial del proyecto, impulsada por McCartney, era grabar un disco que volviera a sus raíces roqueras y sin artificios, tras varios años de experimentación, y registrar su magia ante las cámaras de Linsay-Hogg.
Pero cuando se encerraron en los estudios Twickenham de Londres, rodeados de focos, cámaras y grabadoras que registraban cada uno de sus movimientos y conversaciones, también afloraron momentos de tensión.
La película deja claro que es McCartney quien lleva la voz cantante, muestra la famosa disputa con George Harrison sobre los ‘riffs’ de guitarra de ‘Two of us’, que el segundo resuelve con un “haré lo que tú quieras Paul” o una conversación con Lennon en la que McCartney expresa su malestar por las reticencias de Harrison a grabar sus directos.
También aparece Yoko Ono, literalmente pegada en los ensayos a un Lennon taciturno o bailando con él en otro momento mientras suena ‘I me mine’.
Más allá de los roces, la película muestra la química de una banda que se conoce bien y que aún se divierte tocando y ofrece una oportunidad única de asistir en directo a los procesos de creación de uno de los grupos más influyentes de la historia.
La primera parte, rodada en los estudios Twickenham, recoge momentos como el de Ringo y George haciendo arreglos para ‘Octopus Garden’ o Paul dando indicaciones a Lennon sobre la guitarra en ‘I’ve got a feeling’.
La segunda, rodada en el edificio de su discográfica en Londres, Apple Corps, culmina con el famoso concierto de la azotea, que acabó siendo su última actuación en directo.
El reestreno de ‘Let it be’ se produce en un momento de recuperación de material de la banda gracias a la inteligencia artificial.
Peter Jackson utilizó estas nuevas tecnologías tanto en su serie como en esta reedición del filme de Lindsay-Hogg y también se usó IA para recuperar la canción ‘Now and then’, lanzada en noviembre pasado a partir de una maqueta grabada por John Lennon en su apartamento neoyorquino.
Por otro lado, el director Sam Mendes anunció en febrero que realizará cuatro películas sobre los Beatles, cada una contada desde la perspectiva de un miembro de la banda británica.
Apple Corps Ltd. y los Beatles (McCartney, Starr y las familias de los fallecidos Lennon y Harrison) dieron el visto bueno a este proyecto y facilitan los derechos musicales para contar la vida de los ‘cuatro fabulosos de Liverpool’.
De la buena sintonía familiar da fe también la alianza entre James McCartney -hijo de Paul y Linda- y Sean Ono Lennon -hijo de John y Yoko- que el mes pasado lanzaron una canción compuesta e interpretada conjuntamente, titulada ‘Primrose Hill’, en honor a esa zona del norte de Londres.
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FFO