La Generación Z, compuesta por individuos nacidos a partir de 1995, se perfila como una fuerza económica significativa en las próximas décadas. Según el informe «Gen Z: A new economic force» del Bank of America, se estima que en los próximos cinco años este grupo habrá acumulado ingresos globales por 36 billones de dólares, cifra que podría ascender a 74 billones para 2040. Este crecimiento anticipa una influencia notable en el consumo mundial, impulsada por su familiaridad con la tecnología y altos niveles educativos.
A pesar de estas perspectivas, la Generación Z enfrenta desafíos financieros actuales. El alto costo de vida ha llevado a que sus gastos mensuales sean casi el doble de sus ahorros, según datos de Bank of America. Este desequilibrio financiero se refleja en un aumento del 32% interanual en hogares de la Generación Z que reciben prestaciones por desempleo hasta febrero. Además, la tasa de desempleo en este grupo ha crecido un 9% en el mismo periodo, lo que indica dificultades en el mercado laboral.
Para mitigar estas presiones económicas, muchos jóvenes han ajustado sus hábitos de consumo. Una encuesta de Bank of America revela que el 73% de los miembros de la Generación Z ha modificado su estilo de vida debido al aumento de precios, optando por cocinar en casa en lugar de salir a comer y reduciendo gastos en ropa. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el 53% de ellos identifica el elevado costo de vida como una barrera para alcanzar el éxito financiero.
A largo plazo, la Generación Z podría beneficiarse de una transferencia de riqueza significativa. Se estima que heredarán hasta 84 billones de dólares de los baby boomers en las próximas décadas, lo que podría reforzar su posición económica. No obstante, la distribución de esta riqueza será desigual, y su impacto dependerá de cómo se gestione e invierta.
En conclusión, aunque la Generación Z enfrenta desafíos económicos inmediatos, sus perspectivas a largo plazo son prometedoras. La clave estará en cómo manejen sus finanzas actuales y aprovechen las oportunidades futuras para consolidarse como una generación económicamente poderosa.