Esta mañana, en el 87º aniversario de la Expropiación Petrolera, la presidenta Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera Comandanta en Jefe en encabezar esta ceremonia, un acto cargado de simbolismo y reivindicación de la soberanía energética. Desde las oficinas centrales de Pemex, Sheinbaum dejó claro que la recuperación del control estatal sobre los recursos naturales no es una concesión, sino un derecho histórico del pueblo de México.

En este contexto, la mandataria promulgó un paquete de reformas energéticas aprobadas por el Congreso, con las que busca devolver la fortaleza y el carácter público a Pemex y la CFE. “No es un monopolio, es un acto de justicia”, afirmó, enfatizando que estas empresas deben ser preponderantes para garantizar la seguridad energética del país. Como parte de este nuevo modelo, presentó el Derecho Petrolero para el Bienestar, un régimen fiscal que permitirá a Pemex una mayor recaudación y reinversión para fortalecer sus operaciones.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expresidente Lázaro Cárdenas del Río, el hombre que en 1938 nacionalizó la industria petrolera. Su asistencia no pasó desapercibida, pues su figura representa el vínculo entre la histórica expropiación y la lucha actual por la soberanía energética. Con su presencia, pareció dar su respaldo a la política energética de Sheinbaum, aunque sin declaraciones contundentes.
Sheinbaum cerró su discurso recordando que la expropiación petrolera no solo significó recuperar los recursos del país, sino también dignificar a los trabajadores mexicanos. Con la promulgación de estas reformas, la presidenta busca consolidar su visión de un México donde el petróleo y la electricidad sean bienes del pueblo y no de intereses privados.
La conmemoración de este año no solo honró la memoria de Lázaro Cárdenas, sino que marcó un nuevo capítulo en la política energética de México. Sheinbaum se posiciona como una líder que busca devolver al Estado su papel central en la industria energética, mientras que la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas refuerza el mensaje de continuidad con el legado cardenista. Sin embargo, el reto es enorme: consolidar esta transformación en medio de un panorama de intereses económicos y políticos que buscarán revertirla.