Con voz quebrada y entre sollozos, Vicente Pineda narra cómo la tragedia cobró la vida de cuatro de sus seres más queridos, en la volcadura del autobús en la carretera Mitla-Tehuantepec.
El autobús en el que viajaban sus seres queridos se volcó en el kilómetro 83 + 200 de la carretera Mitla-Tehuantepec, arrebatándole la vida a su madre, Griselda Vázquez Luis, su esposa Eloyda Soto y sus hijos Vicente Filemón y Reyna Griselda. La familia se dirigía a Tehuantepec, pero nunca llegó a su destino.
Por la mañana, Vicente había conversado por teléfono con su esposa. Ella le relató que el autobús presentaba fallas en los frenos, pero que en breve reanudaría su viaje con destino a su ciudad natal.
«Estaba en casa cuando recibí una llamada de mi esposa. Me dijo que el autobús tenía problemas, que los frenos no estaban funcionando bien y que no sabían si podrían continuar. Le pedí que tuviera mucho cuidado, que se calmara y que me avisara si necesitaba algo. Nunca imaginé que esa sería la última vez que hablaría con ella», relató, (cuya voz reflejaba angustia y desesperación).
Explicó que en ese momento se encontraba trabajando y, aunque preocupado por las fallas mecánicas, no imaginaba que el destino se llevaría a su familia. «Ella me decía que todo estaría bien, que me calmara, pero el destino tenía otros planes. Cuando me enteré del accidente, sentí como si el mundo se me viniera abajo», compartió entre lágrimas.
Horas más tarde, la tragedia se confirmó. El autobús en el que viajaba su familia volcó, dejando un saldo fatal de 18 víctimas mortales.
«Me queda el dolor, el vacío y la impotencia de no haber podido hacer más. No sé qué más decir. Me quitaron todo lo que más quería», finalizó Vicente, con la mirada perdida y el rostro marcado por el sufrimiento.