La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha emitido una advertencia sobre las severas sanciones para quienes capturen, comercialicen ilegalmente o utilicen colibríes en rituales conocidos como «amarres de amor». Estas actividades pueden conllevar penas de hasta nueve años de prisión y multas de hasta tres mil días de salario mínimo.
Los colibríes, aves nectarívoras con una esperanza de vida de seis a doce años en libertad y hasta diecisiete en cautiverio, están protegidos por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). La Profepa enfatiza la importancia de preservar estas especies y evitar prácticas que pongan en riesgo su bienestar.
La estrecha relación entre los colibríes y las plantas de las que se alimentan los hace vulnerables a alteraciones en su hábitat. La modificación, extracción y destrucción ilegal de ecosistemas son factores clave en el declive de sus poblaciones. Por ello, la Profepa insiste en que cualquier actividad relacionada con el tráfico, captura, transporte, posesión o acopio de colibríes será sancionada conforme a la ley.