El secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, ha declarado recientemente que la Isla Bermeja, mencionada en antiguas cartografías, nunca existió. Esta afirmación se basa en investigaciones exhaustivas realizadas en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Según Morales Ángeles, mapas del siglo XVI ubicaban la isla a unos 100 kilómetros de la península de Yucatán; sin embargo, expediciones y estudios satelitales no han encontrado evidencia de su existencia. En 2009, la UNAM, utilizando los buques oceanográficos Justo Sierra y El Puma, llevó a cabo una investigación que concluyó que la isla era un error cartográfico perpetuado durante siglos.
Este tema ha resurgido debido a propuestas recientes de cambiar el nombre del Golfo de México a «Golfo de América», iniciativa impulsada por el expresidente estadounidense Donald Trump durante su segundo mandato. Aunque la viabilidad de este cambio es cuestionable, empresas como Google han anunciado que, al menos para usuarios en Estados Unidos, actualizarán sus mapas para reflejar la nueva denominación. La presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su preocupación por el impacto de esta medida en la soberanía marítima de México y ha mantenido conversaciones con el almirante Morales Ángeles para abordar el asunto.
La desaparición de la Isla Bermeja ha sido objeto de diversas teorías, desde fenómenos naturales como maremotos hasta conspiraciones que sugieren su eliminación deliberada. No obstante, las investigaciones oficiales respaldan la hipótesis de un error cartográfico. La relevancia geopolítica de este misterio se intensificó en la década de 1990, cuando México buscaba ampliar su territorio marítimo en el Golfo de México debido a sus ricos recursos naturales. La actual controversia sobre la nomenclatura del golfo subraya la importancia de una delimitación clara y consensuada de las fronteras marítimas para preservar la soberanía nacional.