En Chipre, una innovadora iniciativa busca contribuir al cuidado del medio ambiente mediante la recolección de aceite usado de cocina para la creación de biocombustible. Esta estrategia, impulsada por la organización AKTI desde 2018, ha involucrado a más de 80 mil estudiantes de 500 escuelas en todo el país, quienes participan activamente en el proceso. La iniciativa, denominada «Tiganokinisi» o «sartén» en griego, tiene como objetivo sensibilizar a los más jóvenes sobre la importancia de reciclar y aprovechar los desechos, transformándolos en recursos valiosos.
Xenia Loizidou, fundadora de AKTI, ha explicado que este proyecto no solo busca recolectar el aceite usado, sino también educar a los niños sobre el impacto ambiental de los desechos y su potencial para generar energía limpia. Gracias a esta labor, Chipre ha logrado reciclar un 10 por ciento del aceite de cocina que, de no ser tratado, terminaría contaminando los cuerpos de agua del país. Cada año, se recolectan cerca de 200 toneladas de este material, lo que contribuye a evitar la emisión de mil toneladas de CO2 al medio ambiente.
El aceite recolectado es procesado para producir biocombustible, que luego es distribuido a países cercanos. El éxito de este proyecto ha sido reconocido por la Unión Europea, destacándose como un modelo de innovación y colaboración comunitaria que contribuye a la sostenibilidad. Aunque la iniciativa continúa ganando apoyo, Loizidou señala que muchos aún no terminan de creer el impacto positivo que puede tener la recolección y transformación de este aceite en energía renovable.