Desde el 16 de enero, una agrupación de planetas ha iluminado el cielo nocturno, ofreciendo un espectáculo astronómico que solo puede observarse en contadas ocasiones. Este fenómeno, conocido como “desfile planetario”, reúne a Marte, Júpiter, Venus y Saturno en una sincronía visual que será visible a simple vista del 21 al 25 de enero, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan. A ellos se unirán Mercurio, Urano y Neptuno, aunque estos últimos no serán perceptibles sin equipo especializado debido a su lejanía y tamaño.
Pascal Descamps, astrónomo del Observatorio de París, explica que este tipo de eventos no son estrictamente alineaciones, sino una agrupación de planetas dentro de un mismo rincón del cielo observable desde la Tierra. Según los cálculos de este observatorio, la reunión más cercana de estos cuerpos celestes tendrá lugar el 3 de marzo, aunque ya no será visible sin ayuda técnica. Este fenómeno ha captado la atención de astrónomos y aficionados de todo el mundo, recordándonos la fascinación ancestral por los movimientos celestes.
La observación de eventos celestiales como este ha sido un punto de referencia para muchas civilizaciones, desde los mayas hasta culturas modernas que aún encuentran significado en el cielo nocturno. Las alineaciones planetarias, aunque infrecuentes, han sido interpretadas como augurios, festividades o simples maravillas naturales. En la India, la actual alineación coincide con la Kumbh Mela, una peregrinación masiva con raíces astrológicas que este año se celebra entre el 13 de enero y el 26 de febrero.
La comunidad científica, por su parte, subraya la importancia de estos fenómenos para comprender las leyes de la mecánica orbital, una disciplina que desde el siglo XVIII ha permitido a astrónomos como Pierre-Simon Laplace y Urbain Le Verrier predecir y estudiar los movimientos planetarios. Le Verrier, de hecho, descubrió Neptuno en 1846 al analizar irregularidades en la órbita de Urano, un logro que sentó precedentes en el estudio del cosmos.