Este 30 de enero se cumplen 24 años del fallecimiento de Rodolfo Morales, uno de los artistas más importantes en la historia contemporánea de Oaxaca. Nacido en Ocotlán de Morelos en 1925, Morales dejó un legado que trasciende el ámbito local. A lo largo de su carrera, logró posicionarse como un referente del arte mexicano, destacando por su estilo único, influenciado por el surrealismo y el arte popular oaxaqueño.
A lo largo de su vida, Morales combinó su pasión por la pintura con su dedicación a la enseñanza. Tras estudiar en la Escuela Nacional de Artes, comenzó a impartir clases en la Ciudad de México, donde estableció relaciones con figuras clave como Rufino Tamayo. Su obra, que abarcó murales, pinturas y exposiciones en varios países, le permitió ser reconocido tanto a nivel nacional como internacional. Destacan murales como los realizados en el Palacio Municipal de Ocotlán y en el Metro Bellas Artes de la Ciudad de México.
A pesar de su éxito artístico, Morales nunca olvidó sus raíces. En 1992 fundó la Fundación Cultural Rodolfo Morales, dedicada a la restauración de patrimonios arquitectónicos y culturales en Oaxaca. Su compromiso con su comunidad fue evidente, invirtiendo sus ganancias en proyectos que beneficiaron a su pueblo natal y a las generaciones futuras. Su legado sigue vivo a través de la fundación, que continúa promoviendo el arte y la cultura en los Valles Centrales de Oaxaca.