Tras la revocación de más de 1,300 bases irregulares a burócratas por parte del Gobierno del Estado, siguen saliendo a la luz casos que evidencian corrupción y tráfico de influencias en la administración pública.
Uno de los nombres más recientes en ser señalados es el de Branly Ramírez García, hijo de la diputada federal del Partido del Trabajo (PT), Margarita García García, cercana al grupo político liderado por Benjamín Robles Montoya, conocido como “Cara Sucia”.
Ante estos hechos, la bancada federal del PT se pronunció el pasado 13 de diciembre en contra de la revocación de plazas, postura que ha sido interpretada como una defensa de privilegios indebidos y prácticas irregulares.
La denuncia pública contra los hijos y nuera de la legisladora suma un nuevo eslabón a la cadena de irregularidades detectadas en el proceso de asignación de bases laborales, alimentando el llamado ciudadano a una investigación a fondo y al castigo de los responsables.