El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, informó que las 10 personas asesinadas en el bar ‘Los Cantaritos’ el pasado 9 de noviembre, durante un ataque armado entre dos grupos criminales, fueron víctimas de un ajuste de cuentas. Según Kuri, ocho de las víctimas no estaban relacionadas con el crimen organizado y su muerte fue producto de un tiroteo descontrolado, ya que los agresores buscaban a un objetivo específico. Entre las víctimas se identificaron a siete hombres y tres mujeres, y las autoridades aún están en proceso de oficializar sus nombres.
El ataque ocurrió cuando tres hombres llegaron al bar en una camioneta y abrieron fuego contra un grupo de personas, hiriendo a 13 más, de las cuales varias se encuentran estables. Aunque las autoridades han detenido a una persona por su aparente relación con el crimen, se sigue investigando la conexión de las víctimas con los grupos delictivos involucrados. El ataque se atribuye a un conflicto entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima, con la mayoría de los disparos dirigidos hacia un miembro del CJNG, conocido como ‘La Flaca’.