Todas las playas de Sídney volvieron a abrir este sábado para los bañistas después de que algunas permanecieran varios días clausuradas a raíz del hallazgo de miles de misteriosas bolas negras, cuyo análisis ha resultado que no son tóxicas.
“Las bolas están compuestas de ácidos grasos, sustancias químicas compatibles con las que se encuentran en productos de limpieza y cosméticos, mezcladas con algo de combustible“, apuntó en un comunicado Mark Hutchings, director de Asuntos Marítimos de la región de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
Al menos dos playas de la región estuvieron cerradas tras el misterioso hallazgo que causó alarma en Australia.
Las bolas negras, que al principio fueron identificadas por las autoridades como residuos de alquitrán, fueron detectadas el martes en la playa de Coogee, y después en otras siete costas de la urbe, incluida la icónica playa de Bondi.
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Las autoridades cerraron las playas por precaución y para proceder a las tareas de limpieza de estas bolas cuyo tamaño varía entre pelota de tenis y una canica.
Las bolas continúan llegado a las costas, aunque en una cantidad menor que la primera oleada, indicó el Consejo de Randwick, en el este de Sídney y que rige cuatro de las playas afectadas.
“El material no es dañino para las personas cuando está en el suelo. Si las personas encuentran más restos, es mejor no manipularlos, sino informar” a las autoridades para que procedan a la recogida, indicó el alcalde de Randwich, Dylan Parker, en otro comunicado.
Sin embargo, las autoridades aún investigan el origen de los residuos contaminados.
Sídney alberga más de 100 playas en su puerto y a lo largo de su costa que son famosas en todo el mundo y atraen a millones de turistas y locales cada año.
(WCLS)