Como de película de terror. Como una pesadilla que se volvió realidad. Era la vuelta 50 de 51, Checo Pérez se defendía de Carlos Sainz por el tercer lugar en el Gran Premio de Azerbaiyán y peleaba por ser segundo con Charles Leclerc, las dos Ferraris que tomaron fuerza en la parte final de la carrera.
Todo marchaba conforme a lo que sucedió en gran parte de la competencia en Bakú, Oscar Piastri (McLaren) en al punta, el monegasco detrás de él y el mexicano haciendo lo suyo, con buenos puntos y de vuelta en el podio, pero en un abrir y cerrar de ojos todo cambió.
Luego de una maniobra en la que el madrileño pasó al tapatío, el de Guadalajara recuperó y en la recta pasó lo que nadie esperaba: Sainz se cerró y se llevó contra el muro el RB20 del 11 y su monoplaza; ambos abandonaron y se quedaron sin puntos.
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FFO