Las freidoras de aire llegaron para revolucionar la cocina, tanto para eficientizar el tiempo de cocción como para evitar el uso de aceites que puedan ser perjudiciales para la salud.
De acuerdo a la etiqueta de algunas presentaciones de freidoras de aire, en teoría, cocinar en ellas puede reducir del 70 a 80% de las calorías de un alimento si lo comparamos con freír en aceite.
Justamente aquí está el truco de las freidoras de aire: si un alimento en sí mismo no es de lo más saludable, cocinarlo en esta máquina no incrementara sus nutrimentos, simplemente evitara añadir los carbohidratos del aceite. Además, evitaría las reacciones químicas en los alimentos al calentar o “quemar el aceite” ya que no se usa este ingrediente.
El uso de la freidora de aire es responsabilidad de cada persona que decide usarla. Algunos estudios hablan sobre la capacidad de reducir la acrilamida en alimentos ricos en almidón como las papas.
De acuerdo con un artículo de Seguridad Alimentaria Elika, esta es una sustancia química que se produce al someter alimentos con almidón a altas temperaturas por largos periodos de tiempo, un ejemplo es al freír papas en aceite. Entre los peligros de un consumo excesivo de esta sustancia está debilidad muscular, afectaciones en el sistema nervioso y la posibilidad de desarrollar cáncer.
La freidora de aire podría evitar el desarrollo de esta sustancia hasta en un 90%. Sin embargo, otros estudios como el de Journal of Food Science que habla de la Oxidación del colesterol (POC) debido a cocinar pescados en la freidora de aire. Lo que provocaría, en un consumo excesivo, problemas cardíacos en arterias, enfermedades coronarias o hasta cáncer.
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FFO