Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz, la judoca mexicana que nació en Londres y que está a punto de brillar en los Juegos Olímpicos de París 2024, ha recorrido un camino impresionante en su carrera deportiva. Con un padre keniano y una madre mexicana, maestra de yoga, Prisca ha forjado una conexión profunda con México, el país que representa en el escenario olímpico.
Desde pequeña, Prisca ha estado inmersa en la cultura mexicana, gracias a las visitas frecuentes a León, Guanajuato, donde su madre la llevaba desde que tenía seis meses. A los 12 años, ya había adoptado los tacos de chorizo como su comida favorita y había visitado México al menos 10 veces. Su vínculo con México es tan fuerte que ha elegido representar al país en lugar de sus otras nacionalidades.
El judo llegó a su vida de manera inesperada: uno de sus cuatro hermanos la retó, diciendo que era más difícil que la gimnasia. Prisca aceptó el desafío, se quedó en el tatami y desde entonces ha demostrado un compromiso inquebrantable con el deporte. En 2017, decidió representar a México y tuvo que financiar sus primeras competencias con su propio dinero para demostrar su valía. Su determinación y talento la llevaron rápidamente a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aunque allí terminó en el lugar 17.
Cuatro años después, Prisca Awiti Alcaraz está en la final olímpica de París 2024, a solo una victoria de conseguir la primera medalla olímpica para México en judo. Su camino ha estado marcado por una preparación rigurosa y una mentalidad renovada. Tras su experiencia en Tokio, Prisca se enfocó en aprender de lo bueno y lo malo del ciclo pasado, y su enfoque ha dado frutos en esta competición.
“Vine más enfocada a estos Juegos Olímpicos. Sabía lo que me sirvió para bien y para mal en el ciclo pasado, solo nos agarramos de lo bueno y a darlo todo,” declaró Prisca después de asegurar su lugar en las semifinales.
Prisca Awiti Alcaraz no solo representa un logro personal en el judo, sino que también se está convirtiendo en un símbolo de la perseverancia y el orgullo mexicano en el deporte. Su historia y su rendimiento en los Juegos Olímpicos de París 2024 la colocan al borde de un logro histórico que podría inspirar a futuras generaciones y enorgullecer a su país.