Las condiciones climáticas severas, que se intensificaron el 27 de abril, desencadenaron la formación de numerosos tornados como resultado de la convergencia de dos tormentas.
Este desastre dejó más de 100 personas heridas y cerca de 30 mil hogares sin electricidad, además de causar daños significativos en las localidades de Holdenville, Marietta y Sulphur. El gobernador Kevin Stitt declaró estado de emergencia en 12 condados afectados, mientras que los equipos meteorológicos continúan evaluando la magnitud de los tornados.
Las operaciones de búsqueda y rescate se pusieron en marcha inmediatamente después del desastre, con informes de personas desaparecidas, incluido un niño de cuatro meses. Tras horas de intensa búsqueda, el niño fue encontrado, pero lamentablemente no logró sobrevivir. Las autoridades confirmaron un total de tres muertes en las primeras horas después del desastre, aunque la cifra se elevó a cuatro horas más tarde, mientras decenas de personas aún permanecen desaparecidas.
Entre los lesionados, la mayoría presenta heridas menores, como cortes y contusiones, resultado de las fuertes ráfagas de viento que arrojaron escombros y objetos a través de la región, incluyendo el interior de los refugios. La devastación es evidente en la zona, con casas reducidas a escombros, vehículos volcados e incluso edificios destruidos por completo, lo que ha dejado una escena de total desolación en varias comunidades afectadas por los tornados.